El
parque periurbano La Corchuela abarca los antiguos terrenos del
cortijo del mismo nombre. Son muchos los atractivos presentes en este espacio
natural, siendo por ello uno de los espacios naturales más frecuentados,
principalmente, por los habitantes de las cercanas poblaciones de Dos
Hermanas, Los Palacios y Sevilla.
Entre
sus valores naturales, La Corchuela ofrece la posibilidad de
disfrutar de diversos ecosistemas, todos ellos con especies propias del monte
mediterráneo. La zona sur del parque cuenta con una valiosa dehesa de encinas.
A su vez, la parte norte presenta un pequeño bosque de olivos silvestres
(acebuches), junto al matorral noble que está presente en todo el espacio y
pinos centenarios. Además del bosque de pinos que
constituye el núcleo del parque, también existen zonas ocupadas por encinas, cantuesos, lentiscos,
jaras y diverso monte bajo, vegetación característica de los ecosistemas del Bajo
Guadalquivir y del entorno Mediterráneo.
Para
facilitar la identificación de la fauna que aquí se cobija, el visitante
encontrará varias señales interpretativas que ayudan, por ejemplo, a reconocer
distintas especies, principalmente de aves, como son el mochuelo, el milano
negro, el cuco, el zorzal o la perdiz.
Varios
cursos de agua, como el arroyo del Hornillo, proporcionan cierto frescor a
la zona, albergando vegetación ribereña, donde destaca la presencia de álamos,
sauces, tarajes o eneas.
El
visitante cuenta con diversas instalaciones de recreo al cobijo del extenso
pinar. Junto al aparcamiento sorprende encontrar una antigua plaza de tientas
perteneciente al antiguo Cortijo de La Corchuela.
Esta
Hacienda de la Corchuela forma parte de una extensa finca con un magnífico
conjunto de edificios. Es asentamiento de gran antigüedad, donde se han
encontrado algunos vestigios romanos. La dehesa de la Corchuela era una zona
agreste y boscosa donde los nobles sevillanos y algún que otro Rey acudieron a
cazar lobos.
Después
de la Guerra Civil Española, entre 1940 y 1962 existió
en La Corchuela un campo de trabajos forzados para presos políticos republicanos (oficialmente
denominados Colonias Penitenciarias Militarizadas), que bajo el programa
denominado Redención de Penas por el Trabajo construyeron los 158 km del canal de
riego del Bajo Guadalquivir, popularmente conocido, y actualmente
reconocido oficialmente, al menos para las señales de carretera oficiales, como
el Canal de los Presos. Los familiares de muchos de estos presos de toda
España crearon los poblados cercanos de Bellavista y Fuente del Rey,
y muchos de ellos se quedaron en ellos una vez cerrado el campo de La
Corchuela.
Otros
campos de trabajo similares existieron en Los Merinales y El Arenoso y los
familiares también crearon los poblados de Torreblanca, y Valdezorras en
Sevilla; Quintillo en Dos Hermanas; y El Palmar de Troya en Utrera.
Sobre esta parte de la historia, con muchas referencias a La Corchuela,
trata la película documental Presos
del Silencio de los directores Mariano Agudo y Eduardo Montero.
En
los años 1960, tras el cierre del campo de concentración, compró la finca el
Ayuntamiento de Sevilla para ejecutar proyectos urbanísticos que no llegaron a
culminar. Entre los años 1969 y 1977, en la parte más próxima al
casco urbano de Dos Hermanas se construyeron refugios prefabricados para alojar
a familias sevillanas desahuciadas de sus casas por el estado ruinoso de las
mismas y de la que se conservan restos, un bloque de pisos desocupados y el
Colegio de Educación Especial "Juan de Mesa". También a principios de
la década de los 60, tras las graves inundaciones que sufrió Sevilla, se
utilizaron con el mismo fin los barracones que habían alojado a los presos en
el campo de trabajo de Los Merinales.
En
la actualidad el Cortijo de la Corchuela y la finca que lo rodea, es de
propiedad privada y su caserío ha sido totalmente restaurado y acondicionado,
estando el acceso prohibido al paso. Su especial ubicación en un fértil pago de
regadío denominado Majada de los Carneros.
En
cuanto a la historia de la Corchuela, Domínguez Ortiz publicó un documento de
1739, del Archivo Histórico Nacional de Madrid, que prueba la compra de la
denominada dehesa de la Corchuela por el convento de San Agustín de Sevilla. La
finca, que con anterioridad formaba parte de los baldíos del Concejo de Dos
Hermanas, y por tanto era de uso comunal, fue administrada desde su adquisición
por la propia comunidad religiosa. Ésta ocasionó un pleito incoado por un
pastor de la localidad que aducía el tradicional uso comunal de los pastos de
la finca. Los agustinos adujeron en su defensa el carácter adehesado y no
baldío de la finca.
Datos
que ponen de manifiesto los cambios producidos en la explotación de la
Corchuela. Por otra parte, María Parias indica que la finca llegó a tener una
extensión de 1.300 ha ,
lo que la convierte en una de las haciendas de mayor superficie que se
conozcan.
No obstante, es la reciente monografía que sobre haciendas nazarenas han
publicado M.ª Cruz Aguilar, Mercedes Gamero y María Parías la que más
información aporta sobre la historia de esta finca, por lo que a ella
remitimos. Nos gustaría, no obstante, al menos citar algún dato, como que el
Catastro de Ensenada la describe como dehesa. Las primeras alusiones a su
caserío datan de 1819, cuando ya tenía dos vigas de molino. Una vez
desamortizada, pasó a mano de distintos propietarios burgueses. Igualmente
sabemos que el rey Alfonso XIII cazó en este predio, siguiendo una tradición
antiquísima que había llevado hasta la Corchuela a no pocos reyes y nobles para
abatir lobos.
El
paraje resulta espectacular por el espeso y variado arbolado que rodea el
caserío, tan extenso y cuidado que en la actualidad puede entenderse como un
parque-jardín donde no faltan bucólicos caminos e incluso un lago con
nenúfares. El caserío de la Corchuela, que no se ha podido analizar en
profundidad al no haber sido posible la visita, se encuentra en la actualidad
convertido en una magnífica vivienda. El zigzagueante camino de acceso termina
en un primer patio de nueva construcción, centrado por una gran fuente, que
sirve de jardín de entrada a la primitiva hacienda.
Ésta
se articula de forma tradicional, en torno a un primer patio de impecable
empedrado al que se llega tras cruzar una portada, rematada por una cubierta de
pabellón. Al fondo de este núcleo original se encuentra el señorío, de doble
altura y del que destaca la torre-mirador, junto a la cual se levanta una
espadaña.
Desde
éste se pasa a un segundo patio, entonado en color calamocha y donde se
disponen las cuadras de los numerosos caballos de la finca. En la pieza de
tránsito entre los dos patios hay una estructura cilíndrica que en origen fue
un silo y que en la actualidad se ha convertido en guadarnés.
Junto a este primer núcleo edificatorio se localizan otras piezas, entre las que destaca una gran nave de moderna construcción y carácter industrial, a pesar de que se ha intentado armonizar con los elementos antiguos, pintada de color almagra.
Pese a que poco más podemos decir, no queremos dejar de enfatizar la importancia arquitectónica y paisajística de esta hacienda, buen ejemplo de una de las tendencias actuales de las edificaciones de las viejas explotaciones agrícolas, la de convertirse en residencias de recreo.
Es a partir de 1998
cuando en el Parque, tras su declaración oficial como Parque Periurbano, se
acometen una serie de mejoras y renovación de las existentes que van a
revitalizar un destino de ocio y esparcimiento, a gestionar a través de un
consorcio constituido por los Ayuntamientos de Sevilla, Dos Hermanas, Los
Palacios y la Diputación Provincial, cuyos estatutos fueron aprobados por
Resolución de 15 de enero de 1999.
Cada
Entidad consorciada dispondrá en la Junta de Gobierno de los siguientes votos:
Diputación
Provincial de Sevilla.............10 votos.
Ayuntamiento de Dos
Hermanas............10 votos.
Ayuntamiento de Los
Palacios................ 4 votos.
Ayuntamiento de Sevilla.........................
76 votos.
La Corchuela cerró sus puertas el pasado 1 de
enero de 2014 sin aviso previo a los vecinos que usan el Parque como un
magnifico pulmón verde cercano a la ciudad. El Ayuntamiento de Sevilla,
principal responsable del espacio, asegura que “actualmente, y de manera
provisional, el parque únicamente está abierto mientras están trabajando los
operarios en su interior y luego se cierra por motivos de seguridad. El motivo
es que expiró el contrato de seguridad y no se podía firmar la prórroga del
contrato de seguridad por causas ajenas al Ayuntamiento, pero ya se están
cumpliendo todos los trámites administrativos y se está elaborando el pliego
del contrato de seguridad, con la intención de que quede resuelto cuanto
antes”.
No
obstante, la delegada del Distrito Nervión y presidenta del Consorcio del
Parque de la Corchuela, Sra. Pía Halcon, declaraba que “mientras tanto, se va a
realizar un contrato menor de seguridad y vigilancia para que el parque
recupere cuanto antes su horario normal”. Estas declaraciones de la Delegada se
realizaban en febrero de 2014.
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