Desde entonces no ha parado. A los dieciocho
años –y de esto hace tan solo cinco, porque es muy joven- descubre en sus
inicios el incipiente Mercado de
Artesanía que el Ateneo Andaluz organizaba
entonces, y sigue organizando, en el Parque
del Palmarillo. Le gusta la idea y el ambiente, y decide participar y sacar
por vez primera sus productos a la calle. Comienza a irle bien, vende sus
productos, la gente empieza a conocerla, y acuden al puesto cada vez con más
frecuencia, a comprar y a pedir encargos.
Valme se ha especializado en bordados,
personaliza camisas, bufandas, sábanas, y todo tipo de prendas de vestir y
menaje para el hogar. Su producto más vendido, nos cuenta, es la canastilla
para bebé, con sus baberitos, mantas y demás complementos, aunque también
llaman mucho la atención de los transeúntes de la calle san Sebastián, unos
tocados y diademas diseñados con telas y plumas de diversas formaciones y
colores.
-Me gusta mi oficio y me gustaría dedicarme a
él toda la vida –nos dice entre risas- verás… no me va como para titar
cohetes pero me da para pagar, y para
vivir como una persona normal.
Valme
mira al futuro con optimismo, ella desprende optimismo, se ve que ha aprendido
a lidiar con las capeas de la vida. Ha recorrido ya muchos mercados de la
provincia y de otras regiones, pero ahora podemos encontrarla, casi en
exclusividad, todos los viernes en el
Mercado de Artesanía de la calle San Sebastián en Dos Hermanas, o los segundos domingos de cada
mes, en el Parque del Palmarillo.
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