Se avecinan cambios que apuntan ser muy favorables para la bicicleta urbana. Con la nueva reforma del Reglamento de Circulación, las bicicletas podrán circular por aceras de más de tres metros y ocupar el centro de la calzada en calles limitadas a 30 Km/h.
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Hoy los principales diarios españoles recogen la noticia de la esperada reforma del código de circulación en la linea de las conversaciones mantenidas entre ConBici y la DGT desde hace tiempo. Esta reforma supone dar a la bicicleta "un trato distinto" a los demás vehículos. "La DGT quiere fomentar el uso de la bicicleta no ya como medio de transporte alternativo sino preferente", ha asegurado Ramón Ledesma, subdirector de normativa de la DGT.
La reforma da vía libre a los ayuntamientos para regular el tránsito de las bicicletas por las zonas patonales, en línea con la reciente sentencia del Tribunal Supremo. También establece que las bicicletas podrán circular por el centro del carril en las calles 30, y abre la puerta a que los ayuntamientos puedan regular la circulación de bicicletas "a contramano".
Saludamos esta reforma, que viene a adaptar el código de circulación a la nueva realidad de la movilidad ciclista. Era absurdo que se aplicasen a la bicicleta normas que estaban pensadas para los vehiculos a motor (coche y moto) y para nosotros es muy satisfactorio que la DGT se plantee el objetivo de promover la movilidad urbana en bicicleta como un elemento mas de lucha contra la contaminación generada por el tráfico en las grandes ciudades.
La convivencia entre ciclistas y peatones en las aceras cuyas dimensiones lo permitan es en estos momentos, en los que la mayoría de las ciudades españolas carecen de infraestructura ciclista, un factor esencial de promoción de la bicicleta. Aunque lo deseable a medio plazo es que las redes de carriles-bici se vayan extendiendo a la mayoría de las vías públicas, hasta hacer innecesaria esta mezcla de flujos. En este sentido entendemos que dicha convivencia debe limitarse no sólo a las aceras que posean unas dimensiones mínimas, sino también a aquellas vias que carezcan de carril-bici, tal y como está regulado en Sevilla.
La convivencia de peatones y ciclistas en calles, parques y zonas peatonales de gran amplitud es un fenómeno recurrente en las principales ciudades europeas. Esta convivencia, que podemos ver en Sevilla en zonas como la Alameda de Hércules o la Avenida de la Constitución, supone un factor de modernidad que favorece la movilidad no motorizada y potencia el disfrute de dichas zonas por la ciudadanía.
Finalmente, hay que considerar que siempre habrá zonas peatonales en las que, al menos a determinadas horas, la alta densidad de peatones desaconseje el uso de la bicicleta. En estos casos debe ser responsabilidad de los ayuntamientos establecer las prohibiciones pertinentes, como se ha hecho en Sevilla en calles como Sierpes o Tetuán. Lamentablemente, esta prohibición - como tantas otras en materia de tráfico y movilidad - muchas veces no se hace cumplir como debiera.
La posibilidad de circular por el centro de los carriles de circulación es una vieja reivindicación de los colectivos ciclistas, que pretenden con ello evitar las situaciones de estrés que provocan algunos automovilistas que siguen considerando a los ciclistas como meros "estorbos" en la vía pública. Igualmente, la posibilidad de autorizar la circulación de bicicletas "a contramano" en algunas calles, supone el reconocimiento de que la norma que establece sentidos obligatorios de circulación en las calles estrechas es una norma carente de sentido para las bicicletas en la mayoría de las ocasiones.
En definitiva, consideramos que estamos ante una noticia muy alentadora que, si se confirma, tendrá consecuencias muy positivas a la hora de reducir el tráfico y la contaminación provocada por éste en las ciudades españolas.
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