Las medidas anunciadas ayer por el Presidente del Gobierno suponen una quiebra sin precedentes en el sistema político español. El día de ayer significa que ya no es posible seguir escondiendo en una marca (el PSOE), representativa de la izquierda política española, la falta de proyecto o más bien que el único proyecto haya sido alcanzar y mantenerse en el poder.
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Las consecuencias de esta orientación han estado ocultas durante la época del desarrollismo pero han estallado con la crisis. La manipulación sin crecimiento se vuelve evidente. Hace dos años, durante la campaña electoral, se negó la existencia de la crisis y se utilizó el dinero público como señuelo electoral. Más tarde se prometió respetar el gasto social y las inversiones productivas y ahora, de forma improvisada y por presiones internacionales, se carga la crisis contra los funcionarios, los pensionistas, los dependientes y las inversiones. Sin hablar con nadie y sin saber como hacerlo, en un Estado complejo donde es imposible hacer así las cosas, lo que va a provocar consecuencias económicas y políticas imprevisibles.
Desde el principio hemos venido denunciando la gravedad de la crisis y la necesidad de combinar medidas coyunturales de protección social, reducción del gasto público ineficiente y aumento selectivo de la presión fiscal en función de criterios de equidad y eficiencia (ecológica fundamentalmente) con medidas estructurales para abordar la transición del modelo productivo hacia un sistema más racional no sólo desde el punto de vista del mercado sino sobre todo de la sociedad.
Lo que se ha anunciado no se puede consentir. Cargar los costes sobre los colectivos y los territorios más indefensos además de injusto e inútil añade una enorme inestabilidad política que se suma a la propia inestabilidad institucional motivada por la corrupción generalizada y la crisis de legitimidad de los altos tribunales del Estado.
Desde este blog hemos reivindicado la necesidad de un pacto federal contra la crisis con el objetivo de reducir el paro al 10% y el déficit al 3% mediante el acuerdo de los partidos políticos, las CCAA y los agentes económicos y sociales, al mismo tiempo que se abordaban bases para un cambio estructural de nuestro sistema productivo. Los sacrificios resultantes deben ser compensados con más igualdad, más sociedad y más democracia.
No realizar una reforma fiscal sobre la base de la lucha contra el fraude, el impuesto a la banca, el aumento del la imposición a las SICAV, la reposición del impuesto sobre el patrimonio y una nueva fiscalidad verde o no reformar el sector financiero reduciendo su tamaño, el riego y el beneficio de los grandes accionistas y directivos y, sin embargo, utilizar a los funcionarios como chivos expiatorios de la crisis mientras que no se toca a las estructuras clientelares paralelas que han creado todos los partidos, en proporción a su poder institucional, es una irresponsabilidad con el propio Estado de Derecho y con el Estado del Bienestar.
Hoy es un día negro no sólo por los tremendos recortes sociales sino por la pérdida de confianza en el sistema político y por la incertidumbre a cerca de la mínima capacidad del gobierno para llevar a cabo incluso lo que ayer dijo que iba a hacer. En el BOE no ha aparecido el imprescindible Decreto Ley e incluso no está claro que el Gobierno haya pactado los apoyos necesarios para su convalidación por el Congreso de los Diputados a los 30 días de su publicación (ya nada es impensable), lo que irremediablemente implicaría la dimisión del Presidente.
Esta situación puede conducirnos a un callejón sin salida porque la propuesta del PP es exactamente igual de ofensiva para los trabajadores y trabajadoras e incluso su obsesión con el despido libre agravaría aún más la situación.
Por eso es necesario que todas las fuerzas sociales progresistas de Andalucía, sindicatos, partidos, políticos, ONG´s, foros sociales, etc., planten cara ante esta deriva neoliberal de los dos grandes partidos centralistas, que solo va a servir para enriquecer a los ricos y empobrecer a los más pobres, y convoquen conjuntamente a la ciudadanía para que podamos expresar de forma pacífica y democrática nuestra rotunda oposición a esta agresión sin precedentes y nuestra opción por una salida propia, estable, justa y sostenible de la crisis.
Rafael Rodriguez de León es miembro del Consejo de Redaccion de Paralelo36Andalucia.
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