SEVILLA. El quincuagésimo aniversario del hallazgo protagonizado por el Tesoro del Carambolo se va a conmemorar con un simposio internacional universitario que servirá para poner al día la investigación arqueológica en torno a lo que hoy la comunidad científica reconoce como «un hito».
El 30 de Septiembre se cumplen cincuenta años de aquel día en que dos albañiles del Tiro de Pichón tropezaban con unas piezas metálicas que resultaron ser el ajuar de algún culto prehistórico escondido en la atalaya desde la que se dominaba Sevilla. Los elementos áureos identificados por el catedrático Juan de Mata Carriazo pasaron a constituir una seña de identidad de Tartessos, aunque la más reciente historiografía ha puesto las cosas en su sitio dándole a los fenicios la paternidad de este vestigio, o al menos del santuario en el que apareció.
La Universidad Hispalense, y más concretamente el Departamento de Prehistoria y Arqueología, ha organizado para poner en común las informaciones generadas a través de grupos de investigación y la relectura del Carambolo cincuenta años después un simposio que se celebrará del 1 al 3 de octubre en el Paraninfo y que otorgará a los inscritos tres créditos de libre configuración.
La primera ponencia, dentro de la sesión en torno a «Visiones historiográficas sobre El Carambolo (1958-2002)», corresponderá a Gonzalo Cruz Andreotti, de la Universidad de Málaga, quien disertará sobre «Tarteso en la literatura antigua o la invención de una etno-geografía».
Más tarde, Manuel Álvarez Martí-Aguilar, de la misma universidad, tratará «La forja de un espejismo: los hallazgos de El Carambolo en el contexto de los estudios sobre Tarteso». La intervención central del simposio correrá a cargo de José Luis Escacena Carrasco, de la Universidad de Sevilla, que hablará de «El Carambolo y la construcción de la Arqueología tartésica. Medio siglo de historiografía».
Habrá también participación extranjera, como la de varios profesores de las universidades de Nantes, Bremen, Estocolmo, Toulosse o Lisboa. También comparecerán representantes de centros italianos y de la Universidad de Valencia, así como del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
La Universidad de Sevilla presentará, además, aportaciones de la talla del profesor Manuel Pellicer Catalán, que abordará «La precolonización y protocolonización oriental en la Península Ibérica». Fernando Amores Carredano incidirá en la conservación de El Carambolo, «realidades, ficciones, intereses y reflexiones», mientras que María Luisa de la Bandera Romero entrará en la técnica, la simbología y el poder en el Tesoro del Carambolo. Alvaro Fernández Flores y Araceli Rodríguez Azogue analizarán los edificios de culto, en tanto que María Cruz Marín Ceballos ofrecerá un estudio del culto de Astarté en la Península Ibérica.
En las jornadas se debatirán las nuevas y más inmediatas investigaciones, en gran parte realizadas gracias a la geoarqueología, que ha permitido ahondar en el conocimiento de la navegación practicada por los tartesios. La metalurgia, la cerámica, las costumbres y sobre todo la influencia oriental ejercida por los fenicios sobre los indígenas peninsulares estarán muy presentes en el simposio, que cuenta con la ayuda de la Junta y el Ayuntamiento.
El tesoro está formado por 21 piezas de oro de 24 quilates, con un peso total de 2.950 gramos. Joyas profusamente decoradas, con un arte fastuoso, a la vez delicado y bárbaro, con muy notable unidad de estilo y un estado de conservación satisfactorio, salvo algunas violencias ocurridas en el momento del hallazgo.
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