La fiebre por el baile no es cuestión de modas pasajeras. A pesar de que ahora todo el mundo quiere bailar, Gabryél lleva haciéndolo desde siempre, aunque desde hace tres años se dedica a ello de forma profesional. Junto con Begoña forman Factoría de Baile, un proyecto personal con el que intentan inculcar el gusto por el baile latino entre los nazarenos desde hace poco más de un año. Llegaron de la mano del grupo GAN pero ya se han hecho un hueco importante en la ciudad.
Gabryél y Begoña forman el alma del proyecto de Factoría de Baile
Su trabajo actual se centra en impartir clase en varias entidades vecinales (A.VV. La Pólvora y club Juan Velasco), así como en Ateneo Andaluz, donde tienen radicada su sede social.
Precisamente uno de sus objetivos es, además de obtener alumnos para dar clases, que parte de la cuota que éstos pagan vaya destinado a la asociación vecinal en la que imparten las clases para ayudar en los gastos de mantenimiento y limpieza, tal como explica Gabryél.
La filosofía del baile latino. Para Factoría de Baile, que cuenta actualmente con unos 150 socios, lo más importante es divulgar la filosofía del baile latino, que se desarrolla “en un ambiente sano, donde lo que prima es la diversión”. Además, se realizan salidas a fiestas de baile, congresos y eventos relacionados con los bailes latinos, pero también otras que no están relacionadas directamente con el baile. Por eso, los alumnos de Factoría de Baile, “que son más amigos que alumnos”, dice Gabryél, también comparten tiempo de ocio con barbacoas, fiestas o guerras de paintball. Como ejemplo están las fiestas latinas de los domingos en el pub Sur, donde se imparten clases gratuitas. “Lo que importa es el buen ambiente. Nadie se preocupa por ser profesional del baile, sino por pasarlo bien”, explica el profesor.
Aparte, imparten clases de la llamada cardiosalsa en horario de mañana, donde se puede bailar de forma individual a la vez que se trabaja la expresión corporal, se quema adrenalina y se hace ejercicio.En proyectoMuchas son las ideas que Gabryél y Begoña tienen para su niño mimado, que no es otro que Factoría de Baile. De una parte está la intención de crear cursos de formación para monitores de bailes latinos, que sean gratuitos y que garanticen prácticas a los alumnos una vez haya terminado el periodo de formación. “A los alumnos se les ofrecerá que enseñen en las asociaciones que quieran acoger nuestras clases”, comenta Gabryél.
Otro de los objetivos de estos jóvenes bailarines es crear una compañía de baile con los que más destaquen y que estén interesados. Gabryél lo tiene claro: “Sería una especie de recompensa para los que se lo toman más en serio”. Realizarían espectáculos con ellos en cualquier asociación que lo pidiera. Y además, prosigue, “si Begoña y yo vamos a cualquier sitio donde actuemos de forma profesional podríamos llevarlos de acompañamiento para darles una primera oportunidad. Así, les sirve de motivación”.
Asimismo, para el presente mes de junio pretenden abrir cursos nuevos y empezar a trabajar con niños en el campo de la salsa, la bachata y el merengue. También para este mes quieren iniciarse en el mundo de las clases en horario nocturno, de 22:30 a 23:30 horas, para todos aquellos que no tengan tiempo libre a otras horas de la tarde.
Profesionales. Gabryél no deja de formarse como bailarín y por eso asiste a todos los cursos y congresos que se le ponen por delante. Además, se mueven por toda España con actuaciones e impartiendo clases, aunque también están en negociaciones con Italia e Irlanda. Y, por si fuera poco, en julio asistirán como finalistas en Cádiz.
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