CRÓNICA DE UNA TARDE CON TRES VOCES: MULTIPRESENTACIÓN DE LIBROS EN ATENEO



La tarde del pasado jueves 8 mayo, se llenó de palabras en ATENEO donde se llevó a cabo una singular multipresentación literaria que reunió a tres escritoras cuyas obras, aunque distintas en estilo y género, dialogaron profundamente entre sí. El evento atrajo a lectores, escritores y curiosos, todos dispuestos a sumergirse en la literatura femenina contemporánea.

Las protagonistas de la velada fueron Luciana Gavilán, “los caprichos del destino”,  Mercedes Medrán, “Hazte el Amor. 200 dosis de Amor y una canción olvidada”  y  Laura Palacios, “el Viaje de Aura, las crónicas de Haya I”. La moderación estuvo a cargo de Paco Madroñal, escritor, ateneísta y director de la Editorial ML, quien supo entretejer las presentaciones con calidez, agudeza y una mirada crítica pero afectuosa a cada intervención.

Abrió la jornada Luciana Gavilán Rascón, nacida en Pamplona pero con corazón andaluz desde 1989, con una presentación pausada y emotiva. Dueña de una historia personal marcada por la movilidad, la independencia y el esfuerzo profesional, Luciana compartió cómo, tras una vida dedicada a la hostelería, se reencontró tras la pandemia, con la escritora, esa pasión de infancia que nunca la abandonó del todo. Su novela Los caprichos del destino, entrelaza el drama humano con el devenir histórico de España, desde la república hasta la transición democrática. Los personajes de Ana y Andrés, protagonistas de esta historia de amor a contracorriente, se abren paso entre conflictos sociales, exilios internos y decisiones imposibles. Gavilán habló con entusiasmo del poder de las historias para hacer memoria y del proceso de documentación que implicó escribir una novela que es, a la vez, íntima y colectiva.

La segunda en tomar la palabra fue Mercedes Medrán Ruiz, nacida en Dos Torres (Córdoba) y afincada en Dos Hermanas (Sevilla). Comunicadora, terapeuta holística y buscadora incansable del sentido de la vida, Medrán ofreció una intervención espontánea y luminosa, marcada por el lenguaje del alma. Su libro Hazte el Amor no es solo un conjunto de frases inspiradoras, sino una propuesta de práctica diaria para el autoconocimiento y el amor propio. En sus palabras, “no se puede amar lo que no se conoce”, y por eso su obra invita a mirarse hacia dentro con valentía, compasión y ternura. Su lectura de varios textos cortos provocó risas, suspiros y asentimiento, creando un puente de identificación entre lo escrito y lo vivido por muchos de los presentes.

Por último, la sevillana Laura Palacios, escritora autodidacta, madre y soñadora empedernida, nos trasladó a mundos de magia, aventura y transformación interior con El viaje de Aura, una novela de fantasía que forma parte de una saga autopublicada. Palacios, que comenzó a escribir de niña y retomó su vocación con fuerza durante la pandemia, habló con pasión sobre su universo narrativo, forjado a lo largo de años y lleno de criaturas míticas, conflictos morales y decisiones difíciles. Aura, la protagonista de esta primera entrega, emprende un viaje que la obligará a desobedecer para proteger lo que ama. La intervención de Laura, complementada por ilustraciones y guiños a sus futuras publicaciones, dejó claro que la fantasía también puede ser un espejo fiel de las emociones más humanas.

El evento culminó con un coloquio en el que el público participó activamente, con preguntas sinceras y comentarios que dieron lugar a un diálogo enriquecedor. Se habló del papel de la mujer en la literatura, de los retos de la autopublicación, de los miedos al compartir lo íntimo y del poder sanador de la palabra escrita. Cada autora respondió desde su autenticidad, revelando cómo detrás de cada libro hay una vida vivida intensamente. La diversidad de voces no compitió, sino que se entrelazó en un mismo cauce: el del poder transformador de la palabra. Más que una presentación múltiple, la noche fue un encuentro entre tres formas de mirar el mundo desde la escritura.

La tarde cerró con la firma de libros que se convirtió en un pequeño rito de cercanía, entre abrazos, fotos y dedicatorias personalizadas y promesas de volver a encontrarse en torno a nuevas lecturas. En los pasillos del Ateneo flotaba la sensación de haber asistido a algo más que una presentación: una celebración de la palabra como puente entre mundos, tiempos y corazones.











 

No hay comentarios: